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Sa Caleta: legado fenicio y Patrimonio Mundial en Ibiza
En el corazón de la costa sur de Ibiza, entre la playa de es Codolar y el Puig des Jondal, se encuentra el asentamiento fenicio de Sa Caleta, un enclave arqueológico que marcó el inicio de la historia urbana de la isla. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999, este yacimiento es mucho más que ruinas antiguas: es el testimonio vivo de una civilización que transformó Ibiza en un punto estratégico del Mediterráneo.
Un puerto natural con visión comercial
Los fenicios, navegantes y comerciantes por excelencia, eligieron esta pequeña península por su excelente puerto natural, protegido de los vientos del sur y del oeste. Desde aquí, establecieron rutas comerciales que conectaban Ibiza con el Mediterráneo Occidental, convirtiendo la isla en un nodo clave para el intercambio de metales, cerámica, tejidos y sal.
Urbanismo arcaico y vida cotidiana
El poblado estaba dividido en barrios como el portuario, el central y el sur—este último es el mejor conservado y puede visitarse hoy. Las viviendas eran modestas, con una o dos estancias, y se organizaban en torno a callejones estrechos y plazas irregulares, reflejo de una urbanística espontánea pero funcional. Se han hallado hornos comunales, molinos de piedra, utensilios de pesca y restos de metalurgia, lo que revela una comunidad activa y autosuficiente.
El arte de la metalurgia
Uno de los hallazgos más relevantes es la presencia de galena argentífera, un mineral que los fenicios fundían para obtener plomo y plata. También practicaban la metalurgia del hierro, utilizando hornos especializados y técnicas avanzadas para la época. Esta actividad económica fue clave en el desarrollo del asentamiento y en su relación con otras culturas del litoral peninsular.
Un legado que trasciende el tiempo
El abandono de Sa Caleta hacia el año 600 a.C. No significó el fin, sino el comienzo de una nueva etapa: los fenicios se trasladaron a la bahía de Ibiza, donde fundaron la ciudad de Eivissa. Sa Caleta, sin embargo, permanece como el núcleo urbano más antiguo de la isla, y su valor histórico y cultural sigue siendo incalculable.